En mi estancia en Bruselas hice dos buenos amigos, Viviana de México y William nacido en Francia.
Con ellos pude descubrir más a fondo la ciudad, sobretodo porque teníamos coche y no es lo mismo ver el pasisaje desde el metro que desde las ventanas de un vehiculo. Uno de los lugares donde soliamos ir, era «le bois de la cambre». Un bosque para pasar los domingos al sol.
¿ Explorar la isla Robinson o disfrutar de las barcas y los hidropedales en plena ciudad ? Estas actividades se pueden hacer en el bosque de la Cambre. Este bosque, situado entre las «chaussées de La-Hulpe» y de «Waterloo» y la avenue Franklin-Roosevelt, en un extremo de la «avenue Louise» fue creada para facilitar su acceso, es la prolongación urbana del bosque de Soignes. Al final de la avenue Louise, dos pabellones, transferidos desde la porte de Namur, marcan la entrada al parque. El césped que desemboca con gracia en el lago artificial, es el lugar ideal para descansar y apreciar la belleza del lugar. Destaca especialmente la variedad de paisajes en función del lugar en el que se sitúael visitante.
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